“La esperanza es una forma de postergar la vida.
Todo deseo es una manera de postergar la vida.”
LEÍ LO SIGUIENTE:
“Tres hombres estaban involucrados en una de esas conversaciones infructuosas que nos envuelven a todos en un momento u otro. Estaban considerando qué haría cada uno de ellos si el médico le dijera que no tenía más que seis meses de vida.
“Dijo Robinson: 'Si mi médico me dijera que no tengo más que seis meses de vida, la primera cosa que haría sería liquidar mis negocios, retirar mis ahorros y echar una gigantesca cana al aire en la Riviera francesa, como nunca antes. Jugaría ruleta, comería como un rey y, más que todo, me conseguiría chicas, chicas y más chicas'”.
Este hombre seguramente había estado postergando, postergando hasta la muerte. Si un médico te dice que no tienes sino seis meses de vida, entonces sí... Pero, en ese caso también, parece ser sólo un deseo y puede no ser realizable. Cuando la muerte te llega a la puerta, estás tan horrorizado y destrozado que ¿cómo podrías disfrutar? Si no podías disfrutar cuando la vida estaba tan cerca... Cuando la vida se esfuma poco a poco, ¿cómo puedes gozar? De nuevo, es una manera de convencerte a ti mismo de que si tal cosa ocurriera, “de inmediato comenzaría a vivir”. Pero, ¿qué te impide vivir ahora mismo?
“El segundo hombre opinó: 'Si mi médico me dijera que tengo sólo seis meses de vida, lo primero que haría sería ir a una agencia de viajes y programar una gira por el mundo. Hay miles de lugares que no he visitado y que quisiera ver antes de morir: el Gran Cañón, el Taj Mahal, Angkor Wat, ¡todos ellos!'”
¿Qué te impide hacerlo? ¿Por qué esperar a que llegue la muerte para ir a ver
el Taj Mahal? ¿Estarás en capacidad de ver el Taj Mahal en ese momento? Tendrás
los ojos tan nublados por la oscuridad que el Taj Mahal no lucirá para ti como
el Taj Mahal. Cuando la muerte haya penetrado tu mente, te será imposible ver;
te cegará. Un temblor interno te abrumará. No lograrás oír, ni ver, ni podrás
ni siquiera respirar. ¿Por qué seguir postergando?
El tercer hombre dijo: 'Si mi médico me dijera que sólo me quedan seis meses de vida, lo primero que haría sería consultar a otro médico'”.
Este último parece ser el más representativo de los hombres. Es esto lo que harías tú también. Y aun así no vas a vivir. Irás a consultar a otro médico para que te devuelva la esperanza, para que te brinde un futuro, para que te diga: 'No tienes que preocuparte, puedes seguir postergando. No tienes que apresurarte, la muerte está aún muy lejos'. Buscarás, y encontrarás, a alguien que aún te pueda dar esperanza.
La esperanza es una forma de postergar la vida. Todo deseo es una manera de postergar la vida, y todas las creencias son trucos que te permiten seguir evadiendo lo que es y pensando en lo que no es.
Dios no es. La vida es. Por favor, no seas un buscador de Dios.
Nirvana no es. La vida es. Por favor, no seas un buscador de nirvana.
Si dejas de buscar nirvana, encontrarás nirvana escondido en la vida misma. Si dejas de buscar a Dios, lo encontrarás en todas partes..., en cada partícula, en cada momento de la vida. Dios es otro nombre que se le da a la vida. Nirvana es otro nombre para la vida ya vivida. Acabas de escuchar la palabra 'vida'; no es una experiencia vivida.
Deja a un lado todas tus creencias, pues son obstáculos. No seas cristiano, no seas hindú ni mahometano. Simplemente, vive. Que vivir sea tu religión.
La vida: la única religión. La vida: el único templo. La vida: la única oración.
OSHO - El hombre
que amaba las gaviotas y otros relatos
LA COSTUMBRE DE
POSPONER:
Postergamos unas
vacaciones, posponemos una salida o un lugar por conocer con alguna persona
cercana a nosotros, posponemos una invitación a una cena, posponemos empezar a estudiar,
postergamos una reunión, para después, postergamos muchas cosas cotidianas; como dice una canción: “Te deje para
luego” (y en ese luego la perdió), en esa espera se pueden perder momentos muy
gratificantes, momentos que pueden descomplicar tu vida, momentos para disfrutar y compartir, por lo general no se
realizan nunca, se quedan en solo promesas por cumplir, hecho que resta energía las personas.
El motivo
principal, obviamente es la costumbre que heredemos de nuestros antepasados;
luego puede ser que pensamos que si postergamos las cosas, quizás en otro
momento más adelante puede ser mejor o el momento apropiado, o solucionar el inconveniente, por razones que
nosotros mismos nos creamos en la mente, por capricho, porque algunas personas
se complican la vida y se vuelven difíciles en el momento de definir alguna
situación, les cuesta mucho para tomar decisiones, la indecisión es la causa
principal de posponer situaciones, por temor, miedo a afrontar las nuevas
circunstancias.
Todo lo anterior
obedece a comportamientos basados en el miedo a tomar la iniciativa y a decidir
en el momento justo que debe hacerse; como siempre la mente juega el principal
rol, el “Ego” acostumbrado a controlar a las personas, siempre sale airoso de
estas situaciones y dicta su decisión… POSTERGAR... esta decisión genera en
las personas tranquilidad, pues no las obliga a afrontar en el mismo momento,
sienten un alivio por esta situación.
Cada situación que
se evade por temor a afrontar la realidad, es un momento que se deja de vivir
como debe ser, porque en algunos casos se guarda la esperanza que más adelante
se realizará, esto significa posponer para otra oportunidad, dejar para el futuro, un futuro que no
existe.
La vida debemos vivirla
a cada segundo, sin temor a tomar decisiones, sin temor a disfrutar cada
momento como nos llega, plenos del momento presente, no aplace más, viva el “HOY”,
como si fuera el último momento, relájese, no se complique, sea SIMPLE, decida,
es fácil dejarse llevar por las circunstancias, esto es dejar fluir la vida
naturalmente, no postergue más, para que no pierda instantes de felicidad,
empiece desde YA y no tendrá cargas, irá más liviano, tranquilo y satisfecho, desactiva la alarma de tu vida, no la dejes ir posponiendo cada situación que se presenta en ella; CREA, DECIDE Y ACTÚA... ¡AHORA!