Una manifiesta tendencia a actuar con espontaneidad, sin rencores del pasado o temores del futuro.
Capacidad de disfrutar del aquí y el ahora, viviendo en un eterno presente armonioso y pacífico.
Pérdida de interés por juzgar a los demás.
Comprensión de que cada cual hace lo mejor que puede, con la información y la capacidad que tiene en un momento determinado.
Pérdida de interés por interpretar los hechos y situaciones que presenta la vida.
Interés por aprender de cada una de las circunstancias que se viven en el día por día.
Pérdida de interés por los conflictos, las discusiones o el deseo de demostrar que se tiene la razón.
Sentimiento de satisfacción y júbilo al percibir la presencia de un ser superior en nuestra vida.
Frecuentes estados de alegría sin ningún aparente motivo.
Creciente impulso de expresar el amor en todas sus formas y manifestaciones.
Capacidad de recibir las expresiones de amor de los demás.
Disposición para ver la belleza por doquier.
Estas son algunas de las señales internas que podemos identificar cuando hemos desarrollado en nuestro interior la paz y la aceptación de la vida y sus procesos.