http://eniaosorno.blogspot.com/
El cerebro
humano está compuesto por millones de células llamadas "neuronas".
Cuando una persona toma una decisión, las neuronas llevan el mensaje o la orden
al resto del cuerpo físico para producir la acción. Por ejemplo, un individuo
siente calor y decide aflojarse el cuello de la camisa y la corbata. Las
neuronas transmiten la orden elegida a los músculos de las manos para realizar
los movimientos necesarios. En apariencia, no existe ningún misterio en esto,
sin embargo, lo hay. Los científicos se han preguntado ¿dónde está aquel que
sintió calor y eligió aflojarse la camisa y la corbata?
A través de
muchos experimentos, se ha descubierto el "mapa del cerebro", según
el cual se conocen las actividades que desarrollan las distintas partes del
cerebro y su relación con el cuerpo físico. Sin embargo, los investigadores no
han encontrado jamás dónde está la parte que elige realizar un determinado
movimiento. La conclusión a la que se ha llegado es asombrosa. La mente no está
en el cuerpo. La Mente ocupa el cerebro físico pero no está en él. La Mente es
más grande que todo el cuerpo físico y se encuentra en cada parte del mismo, no
solamente en el cerebro. Cuando decimos "Me vino esta idea a la
mente", estamos reafirmando la verdad científica de que las ideas
provienen de otro lado.
Por el
momento, debes entender que cada pensamiento que eliges pensar proviene de un
espacio infinito, en el que existen también posibilidades infinitas, y tu ser
hace una elección determinada en cada momento. Pero tu verdadero ser no es
ninguno de tus pensamientos sino aquel que hace la elección.
Todo el
Universo está compuesto básicamente de la misma sustancia y nosotros, a través
de nuestra intención, podemos manejarla para manifestar la realidad que
deseamos. De acuerdo con el Principio de Vibración, debemos ir creando la
vibración necesaria para atraer la sustancia necesaria.
El Principio
de Vibración nos enseña que "las energías iguales se atraen". Por eso
vemos que los deportistas van a entrenar a un mismo lugar, al igual que los
religiosos se reúnen en una iglesia, los intelectuales en una biblioteca, o los
metafísicos en algún lugar de estudio. De esta manera, cada uno se rodea de
gente y lugares que están vibrando en la misma frecuencia.
En el Universo
existen tres niveles elementales de vibración: baja, media y alta. Son tres
escalones con características propias. De acuerdo con nuestro nivel vibratorio
personal, estamos ubicados en algunos de estos tres escalones y, como consecuencia,
atraemos las cosas de dicho nivel Es imposible atraer situaciones u objetos que
tienen una vibración alta si uno se encuentra en el escalón más bajo.
La depresión,
la angustia, el miedo, las enfermedades y todas las emociones más negativas nos
llevan a vibrar en el nivel más bajo de esta escala. Mientras una persona se
mantenga "vibrando bajo", sólo atraerá a su vida a personas o
situaciones que aumentarán su malestar. Este es el nivel de la "mala
suerte". Mucha gente dice: "No termino de salir de un problema que ya
tengo otro". La respuesta a esto es muy simple: mientras la persona se
mantenga vibrando en ese nivel, continuará atrayendo las cosas de dicho nivel.
Hasta que esa persona no cambie su vibración personal, no se manifestarán ni la
salud, ni la alegría, ni el amor, ni la suerte en general.
En el nivel
vibración media aparecen las soluciones y la vida fluye. Los obstáculos y
problemas de este nivel son más fáciles de resolver y la persona que se
encuentra en esa vibración siempre muestra una actitud optimista hacia la vida.
Finalmente, el
nivel de vibración más alta corresponde a de la iluminación, la paz y el amor
perfecto. Aquí no existen problemas, miedos o enfermedades. Cuando uno vibra en
este nivel, lo que uno piensa se manifiesta inmediatamente. El reconocimiento
del poder personal es total y absoluto y, por lo general, se lo utiliza para
servir a la humanidad.
La vibración
más baja corresponde al terreno de nuestro ego, es el nivel del miedo y por eso
se generan toda clase de problemas. La vibración media es el terreno de la
esperanza, de esta manera, comienza a producirse la "suerte".
Finalmente, la vibración más alta corresponde al terreno del Espíritu, es el
nivel de la Fe Absoluta, en el cual se producen los milagros.
Cuando una
persona comienza su camino de crecimiento personal, lo primero que surge son
sus resistencias internas. El primer día decide, por ejemplo, comenzar una
dieta, repetir afirmaciones u organizar su vida, sin embargo, al día siguiente
es probable que no haga ni la mitad de las cosas que se propuso. Estas
resistencias están generadas por el ego, el ego es la parte que se siente
separada del Espíritu y que, a su vez, siempre genera el drama personal.
Es muy difícil
mantenerse en un mismo nivel todo el tiempo. Es probable que te sientas muy
bien en un momento, pero luego te encuentres con tu ex pareja, o te pelees con
tu jefe, tu hijo o un amigo, o te enfermes, y encuentres tu vibración personal
cambie súbitamente. Cada persona debe aprender a cuidar sobremanera su
vibración personal.
Por lo
general, aquellas personas que nos traen problemas son "maestros" que
ponen a prueba nuestra posición, de esta manera sabemos si esa posición es
sólida o no. Si alguna persona tiene la facultad de "ponerte de mal
humor", es porque aún tienes una parte débil en tu ser que necesita ser
sanada. No puedes cambiar a los demás pero sí puedes cambiarte a ti mismo.
Otra verdad
metafísica explica que "las Leyes Superiores se imponen sobre las
Inferiores". Esto significa que en cuanto mejores tu vibración personal,
mejorarás la vibración de todos aquellos que te rodean y se reflejara en
situaciones y estados anímicos de estos. Esta es la forma más efectiva de
cambiar a los demás". Con sólo mejorar uno mismo, mejoran las relaciones y
situaciones con los otros. Este principio nunca funciona al revés, ninguna
persona de vibración baja puedes disminuir tu vibración, salvo que te
encuentres débil y generalmente ocurre por esta vibración muy baja, de ser así,
no estabas vibrando alto y debes analizar esta situación que lo está
ocasionando o quiénes disminuyen tu energía y afecta toda tu vida.
Cada vez que
quieras ayudar a alguien, deberás primero elevar al máximo tu energía personal
y después entrar en contacto con la persona necesitada, este contacto debe
permanecer o ser muy continuo, con el fin de canalizar energías. En síntesis,
para ayudar a otros tienes que estar muy bien contigo mismo; de lo contrario,
el problema ajeno te puede llegar a absorber. Una persona con vibración alta debe ser sanamente
egoísta y pensar en sí mismo primero; debe aprender a mantenerse siempre en una
posición fuerte, sólida y firme para ayudar a los demás a salir del pozo.
Debes recordar
que es el ego de cada uno es el que genera los dramas personales. Por eso, es
importante que te mantengas en una posición positiva, alegre para recordarle al
otro su verdadera naturaleza espiritual, es guiar, orientar y que la vida es
felicidad que debe restituir su nivel de
alegría. No escuches al ego de la persona que sufre; escucha a su Espíritu y te
darás cuenta que Dios siempre está presente.